Una novela que da “miedito”… pero “poquito”

 

Los imaginarios es una obra escrita por A.F. Harrold e ilustrada por Emily Gravett, dos grandes juntos dando como resultado una maravillosa novela que me voy a quedar para cuando mis hijas tengan edad para poder apreciarla.

Es difícil dar con trabajos de esta calidad dedicados al público juvenil; aquí no encontraremos argumentos manidos en esta franja de edad como la aceptación dentro del grupo o las primeras relaciones amorosas. Nos hallamos ante una pequeña rareza, tanto por su original argumento como por sus ilustraciones, las cuales aportan el punto justo de oscuridad sin llegar a ser terroríficas.

El lenguaje es sencillo, pero no simple, ni repleto de coloquialismos; me gusta que se trate a los jóvenes lectores con dignidad y se asuma que tienen la capacidad de leer como los adultos.

Podríamos catalogar Los Imaginarios como una novela de misterio con pinceladas de terror. Se trata de un libro con momentos de muchísima tensión y con una trama muy bien hilada. El autor juega con nosotros y después de un momento álgido no suele ocurrir lo que se esperaría que ocurriera.

El inicio ya es demoledor… “Amanda estaba muerta”. Así comienza la introducción, hablando de la muerte, de la falta de consuelo de los que se quedan, del vacío.

Que aparentemente la protagonista muera en la introducción no parece tener mucho sentido, pero esto sitúa al lector en una posición de cierta tristeza durante gran parte de la lectura, pues comienza el libro a sabiendas que Amanda, personaje que rezuma vida en el capítulo uno, estará muerta más adelante, sin saber muy bien cómo ni cuándo ni por qué. Esta sensación que acompaña al lector es contrarrestada muy acertadamente mediante buenas dosis de humor que evitan que éste pueda caer en el melodrama.

Pulsa en las imágenes para ampliar.

 

No os voy a desvelar toda la trama, pero sí os adelantaré que gira en torno a la posible existencia o no de los amigos imaginarios fuera de la mente de los niños, y que el peso de la acción lo llevará Rutger, el mejor amigo imaginario de Amanda, que no acepta que su amiga pueda estar muerta, y él, como consecuencia, desvaneciéndose. Rutger moverá cielo y tierra para descubrir dónde puede estar Amanda, y qué es lo que realmente ha pasado. En su camino encontrará otros imaginarios y un ser muy antiguo y siniestro al que todos temen…

Una “joyaza” de libro que pienso puede gustar a la mayoría de los jóvenes, como ocurre con la buena literatura.

 


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