Sofía Alegría juega a ser detective, tiene un caso entre manos de extrema importancia: la cola de su león de peluche ha desparecido, ¡o quizá haya sido robada!
La gracia de esta historia, más allá de disfrutar con la portentosa imaginación de la protagonista, está en que mientras Sofia juega a buscar sospechosos, monta una comisaría y prepara los interrogatorios… ¡alguien está intentando robar de verdad su casa!
Por suerte, la niña cuenta con una perra llamada Bella, tan prodigiosa como la imaginación de su dueña. Bella conseguirá tenderles una trampa a los ladrones y llamar a la policía (¿cómo lo hace si no habla?), e incluso recibir una medalla al mérito sin que Sofía se dé cuenta de nada.
Un libro muy divertido, que juega con dos situaciones opuestas: la que nos cuenta la lectura del texto, y la que nos muestran las imágenes. Requiere, pues, de cierta madurez por parte del niño para disfrutar del sentido irónico que aportan las historias paralelas que el libro narra.
¡Muy recomendable!