Todo es de Color es un libro sorprendente; me niego a catalogarlo como un libro para aprender los colores pues sería una visión muy reduccionista de un libro que, si bien tiene una clara inspiración Montessori, contiene muchos más matices que trataré de explicar.
Pascale Estellon, la autora, nos invita a mirar y admirar la vida desde un punto de vista puramente estético basado en el color, y es que lo estético forma parte de nuestra naturaleza. Pero no se queda solo ahí, en lo bello, en aquello que nos atrae y conmueve por el mero hecho de ser bonito. La autora va un paso más allá y nos propone un libro que ya de por sí invita al juego, al descubrimiento y a la sorpresa, para lo cual utiliza un formato grande y hojas desplegables.
Cada doble página muestra un gran punto de color, y algunas imágenes de elementos naturales cuyo color se corresponde. La sorpresa viene al desplegar las páginas, pues descubrimos por un lado variantes de cada color y sus nombres,
porque el amarillo también puede ser persa claro, limón, cadmio medio, japonés claro…, y en el otro, innumerables minerales, plantas o animales que los poseen.
Desplegar las solapas para ver el interior, admirar la variedad de tonalidades, descubrir aquellos objetos cotidianos clasificados según el color, buscar esos objetos en la naturaleza o incluso en nuestra nevera, y luego imaginar y nombrar otros distintos, es un acto instintivo de todos los peques que han tenido este libro entre sus manos. Podríamos decir que, durante su lectura, el color lo es todo, se admira, se percibe y se vive.
No creo que le podamos pedir mucho más a un álbum.
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