Bienvenidos al libro más triste del mundo, una historia donde se masca la tragedia desde sus primeras páginas, pero que a su vez encandila a los niños.
Y seguro que pensáis, ¿pero les hará llorar?, ¿les dará miedo?, ¿tan terrible es? Tranquil@s, no, no y no.
“El libro más triste del mundo” es un librazo que pone sobre el papel una de las emociones humanas más importantes y necesarias en la vida, la tristeza. Lejos de someter a los niños a un calvario de lágrimas sin remedio, las autoras han sabido cerrar la historia, ATRAPAR LA TRISTEZA EN EL LIBRO, y que esa emoción solo pase unos minutos a través del pequeño/a lector/a, un lector que tras lo sentido/vivido puede que os comparta algunas de sus tristezas y, luego, se vaya a jugar tan campante.
Para mí es uno de los mejores álbumes ilustrados del año. El texto no solo nos cuenta, sino que también juega con las palabras; utilizando unas pocas frases, las cambia de lugar, juega con su sonoridad, con su sentido, y nos mantiene atrapados en una historia sencilla pero muy conmovedora.
Y la ilustración, ¡oh maravilla!, nos transmite tanto o más que el texto; muestra historias paralelas interesantes, algunas con mucho sentido del humor. En ella no solo vemos las desdichas de l@s protagonistas del libro más triste del mundo, sino también a la maestra que se lo está leyendo a sus niñ@s. Es una gozada observar los cambios y las caritas de estos escolares, cómo viven y sienten la historia.
Si eres de esas personas que considera importante la educación emocional de sus hijos, estoy convencida de que este libro es para ti.
Sin embargo, si piensas que lo mejor es una buena historia que l@s/os haga disfrutar, este libro también es para ti.
Pero si prefieres relatos para recrearte con los textos, el ritmo, o las ilustraciones “que cuentan”, este libro es para ti.
¿O eres un erudito de la lij que guarda joyas en su estantería? Sí, este libro, también es para ti.
Bueno, creo que está claro que a mi me ha encantado, ¿no?
