Amor y resiliencia

 

No estamos ante una novela fácil; no la podríamos catalogar como aventuras, fantasía, misterio o romántica… Es la historia de un chaval corriente, con una vida mísera, que a pesar de las durísimas circunstancias que le ha tocado vivir, siempre tira para adelante y mantiene la esperanza.

¿Qué podría aportar este libro a un adolescente? Pues creo que muchas cosas, no solo lo evidente, que sería conocer otras realidades sociales, sino también puede ser muy inspiradora.

Bart, nuestro protagonista, es un superviviente, un ejemplo de resiliencia. Si bien es cierto que ha creado una coraza de “normalidad” para evitar ser dañado, ésta aún no se ha endurecido. Nos hallamos ante la bondad personificada, sin llegar a ser beatífica. Es admirable ver la confianza que deposita en las personas que le rodean, la aceptación de sus defectos y la fe absoluta en que podrán cambiar.

A veces Bart también flaquea, pero hasta en los lugares donde menos lo esperarías alguien está ahí para ayudarle, para darle ánimos y acompañarle, probablemente porque las buenas personas vibran de tal manera que atraen a nuestro mejor yo.

Os dejo una pequeña sinopsis, bastante personal, del libro.

Sinopsis

Bart es, en apariencia, un niño normal de 12 años. En el instituto es un estudiante corriente y aunque se relaciona bien con sus compañeros, no tiene amigos; ¿cómo podría tenerlos si se levanta cada mañana en un pequeño estudio de protección oficial que comparte con su madre obesa y alcohólica? ¿Cómo invitar amigos a tu casa si el suelo hace años que desapareció bajo montones de revistas y la entrada al edificio está llena de jeringuillas usadas? Bart sabe que si el resto de compañeros del instituto descubrieran la situación en la que vive, convertirían su día a día en un calvario, o quizá le tendrían mucha pena, y cualquiera de estas dos situaciones le resultan terribles.

Bart asiste todas las semanas a clase de boxeo porque es muy importante para su madre; aunque ella suele olvidar otras cosas como comprar comida o ducharse, siempre se acuerda de pagar estas clases. Pero en realidad lo que de verdad le ayuda a Bart a superar el día a día, a pesar de la crudeza de su realidad, y a conservar la esperanza, es la ópera.

Pero Bart, el niño de 12 años en apariencia normal, sin amigos, con una familia desestructurada, el niño que simula normalidad las 24 horas del día y que tiene una voz prodigiosa, no puede cantar en público. Bart se esconde de la vida y su voz…también. Ada, compañera de clase, esta vez sí una niña normal, será la llave para que Bart deje de ocultarse ante el mundo. Porque al fin y al cabo Bart solo necesita a alguien que lo vea tal y como es, necesita ser reconocido y aceptado, necesita amor.

Lo que sucederá, pues… ¡pues hay que leerse la novela!; esto son solo mis impresiones y si os cuento todo se perdería la emoción de leer un libro que muestra otras realidades a las que no estamos acostumbrados, pero siempre desde la ternura. Un libro real y a la vez fantástico, tan bonito como la vida misma.

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